Detalles de Evento
Este evento terminó el 13 octubre 2025
- Categorías: Agenda, Exposiciones
- Etiquetas: Plantilla nueva


El desentierro del diablo, curada por Carlos Gutiérrez, surge del reconocimiento de una posible crisis de la imaginación, alimentada por los vaivenes políticos y el avance de un tipo de pensamiento que tiende a disolver los vínculos entre las personas. Conformada mayormente por pinturas, la muestra busca transformar la sala en un espacio donde se cruzan distintos espacios: es casi un bar, casi un cine, casi un club. Del mismo modo, las pinturas funcionan de manera similar, mostrando situaciones que podrían suceder en cualquier lugar, real o fantástico. Para Bencardino, resulta imperante la necesidad de engendrar nuevas herramientas para construir otros mundos.
El trabajo de Bencardino se alimenta de imágenes encontradas en libros, revistas, tapas de discos, videoclips, internet y su archivo personal de objetos y otros materiales que circulan en la cultura de masas y sus plataformas. Sus referencias provienen de un imaginario afectivo muy particular: las estéticas de las comunidades queer y las adolescencias de su generación, los códigos visuales de las escenas contraculturales (como el punk, y los distintos subgéneros del metal), el comic y la ilustración (como Ciruelo, Victoria Francés, Luis Royo, Boris Vallejo y Magalí Villeneuve), y el imaginario fantástico literario (especialmente, de William Blake y J.R.R. Tolkien), entre muchas otras referencias. Procesa y distorsiona estas imágenes digitalmente, y a partir de esas nuevas imágenes elabora sus pinturas.
Trabaja desde un posicionamiento crítico sobre la circulación y la reapropiación de las imágenes en la era contemporánea, donde las fuentes y referentes visuales se multiplican, se entremezclan y se transforman constantemente. En su pintura, la apropiación no es un fin en sí mismo, sino un medio para interrogar la memoria cultural, las iconografías compartidas y la relación afectiva que establecemos con las imágenes.
La exposición cuenta también con una pieza de video que es un monólogo sobre la incidencia de distintos artistas, el surrealismo y el pensamiento mágico en la configuración del imaginario de Bencardino. La muestra destaca así las conexiones entre la imaginación –o más precisamente, la capacidad de imaginar– y la política, involucrándose con la producción de imágenes y recuperando indicios pasados que pudieran torcer las ideas totalizantes del relato colectivo. Así, este proyecto intenta disputar lugares donde las ideas y el deseo de un horizonte común no nos encuentre del todo agotados.